10 mayo 2020



La verdad sobre la mentira.

Siempre hablamos de ser sinceros, una relación se basa sobre la sinceridad de cada uno de los integrantes, los amigos se deben decir la verdad, ser sincero como primer paso en todo para que dure. Pero realmente quieres saber la verdad, y si es así, por que duele.  Porque rompe relaciones cuando uno le confiesa al otro lo que realmente siente o piensa. Será que en realidad no estamos preparados y que simplemente queremos oír lo que queremos.
Por ejemplo si un amigo/a te dice que está harto de escuchar tus problemas pero que nunca escuchas los suyos, o que siente algo por vos más que una amistad, que le cuentas algo que te importe y diga que es una pendejada. Confesar a tu familia que no quieres que tu relación se parezca a la de tus padres, que fuiste el segundo siempre en todo, que necesitabas apoyo de ellos en tus momentos de flaquezas, que tus orientaciones no son las que ellos, que alguien te defraudo, que hubo una traición que no toleras. Hay mil cosas que cada uno de nosotros como mortales guardamos en la caja de Pandora la verdad y no la queremos abrir.
Entonces, realmente pedimos sinceridad cuando no lo somos. Que tire la piedra aquel que no tenga nada que esconder y puedo asegurar que nadie se va a inclinar a tomar una piedra.
No digo que somos hipócritas que exigimos lo que no damos, cada uno tendrá sus razones por las cuales no las dice. Tal vez el miedo a la reacción del otro, por pensar que se pierde más ser sincero que guardarse las cosas. No siempre hay que abrir la caja, talvez lo inteligente es saber a quién darle la llave y con quien compartir las cosas y que eso sea recíproco.  
No estamos hecho para decir en verdad de lo que sentimos, tal vez lo decimos en un momento de hartazgo pero por nosotros mismos, cuando hay algo que nos incomoda tanto que no nos deja vivir y tenemos que decirlo.
Hay veces que las mentiras bien guardadas que no se dieron a conocer nunca, duelen menos que las verdades que se salieron a la luz.
Será verdad la frase, “miénteme que me gusta” o realmente quieres saber todo del otro y puedes poner todo en riesgo.
Con esto no quiero decir que queremos que nos mientan en todo momento, pero pienso que para exigir algo tan fuerte como es la sinceridad, debe tener el coraje de recibirlo  y obviamente, ser sincero a la vez. Que sin importar las consecuencias la verdad es más valiosa que una mentira.
Tal vez, sincerarse le sacas un peso al alma y te sientes mejor con vos mismo. Pero si al decirlo pierdes a quien amas.
En pocas palabras, la verdad sobre la mentira es que debemos evolucionar mucho como ser humano para que podamos vivir sin la mentira.


Sebastián Lejona

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